Sentir algún dolor o molestia
después de ejercitarse intensamente suele ser normal. El dolor muscular que se
presenta de 24 a 48 horas después de haberte ejercitado se denomina "dolor
muscular de aparición tardía" (DMAT).
Para recuperarte de este dolor que se produce después de
ejercitarte, debes poner en práctica algunas estrategias después del
entrenamiento. A continuación, te indicamos cómo recuperarte del dolor muscular
después del entrenamiento.
1.
Ejercítate cada dos días.
Al ejercitar tus
músculos cada dos días, les permites recuperarse. Los ejercicios de resistencia
diarios sólo te producirán una fatiga muscular mayor y no obtendrás ningún
beneficio por no haberlos dejado sanar. Ejercítate cada dos días, o un día
realizar ejercicios de resistencia y al día siguiente ejercicios aeróbicos. Al
intercalar tus entrenamientos te recuperarás más rápido.
1.
Consume alimentos ricos en proteínas.
Al consumir
alimentos ricos en proteínas magras después de haberte ejercitado le darás a
tus músculos la energía necesaria para recuperarse más rápido. Las claras de
huevo, la carne magra de pollo o pavo, y la leche descremada son algunos de los
alimentos ricos en proteínas pero bajos en grasas. Mejor aún, añade a tu
ensalada unos gramos de nueces marrones o frijoles.
2.
Realiza una rutina de enfriamiento físico.
Tómate 10 minutos al
final de tu entrenamiento para realizar ejercicios de enfriamiento físico que
ayudarán a que tus músculos se recuperaren más rápido. Una buena rutina de
enfriamiento debe incluir caminar o trotar despacio, así como diversos
ejercicios de estiramiento para relajar los músculos.
1.
Utiliza almohadillas térmicas.
Se ha demostrado que
las vendas y almohadillas térmicas ayudan a aliviar el dolor muscular después
de haberse ejercitado, especialmente si el dolor se produce en una zona
localizada. Las vendas térmicas no te ayudarán mucho si todos los músculos te
duelen. Se ha comprobado que el calor alivia la inflamación y el dolor.
2.
Toma un tipo de medicamento antiinflamatorio.
Tomar un medicamento
antiinflamatorio recetado por tu médico ayuda a reducir el dolor muscular. Si
tomas un medicamento de venta libre, asegúrate de seguir las pautas de la dosificación.
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